Mi primera toma de contacto con una nueva forma de evaluar, la Rubrica, y me ha gustado.
Le veo que tiene una esencia muy objetiva, y al marcar unos objetivos a alcanzar en cada aspecto a evaluar, creo que hace fácil al alumno poder enfrentarse a la evaluación de una manera más relajada al saber que espera el profesor de él.
El problema que le veo es a la hora de realizarla. Al realizar la nuestra, no sabíamos qué evaluar y por eso nos ha costado definir qué aspectos del objeto a evaluar y como valorarlos. Pero ahora mientras escribo estas líneas, me doy cuenta que si tenemos claro la tarea u objeto a evaluar la cosa se simplifica, porque ya nos referimos a algo concreto del que tenemos unas expectativas.
Aqui os dejo la rubrica que hemos hecho entre Eneko y yo donde hemos evaluado la idoneidad del aula en la que estamos para impartir esta asignatura.
De todos modos como es mi primer contacto, me saltan dudas ¿todos los aspectos tiene que tener el mismo peso? Por ejemplo, si estamos valorando una exposición y cada aspecto tiene una puntuación de 5 a 1. Algo que valoremos puede ser el aspecto del orador. Entonces al alumno que ha venido, con una ropa que consideremos adecuada, limpia y aseado le podremos un 5 y subirle la nota. Pero al que ha venido con la camiseta llena de lamparones y la legaña todavía pegada al ojo, ¿le ponemos un 1 y le bajamos la nota por un aspecto no tan importante como el resto? ¿O este aspecto podría valorarse entre 5 y 3 para que solo sume pero no reste?
Buen ejemplo el del aula.
ResponderEliminarEn cuanto a la dificultad de aplicación, después de tener que hacerlo en el torno, espero que hayas aprendido... aunque nunca se consigue la objetividad perfecto, ni mucho menos. Pero si que se gana confianza en el uso de rúbricas con el tiempo.